Se lo habíamos contado y lo habían visto en nuestra página web pero, como siempre, hay momentos que sólo cuando los vives en primera persona, puedes hacerlos tuyos. Esto le ocurrió a nuestra familia, hace unos meses, cuando visitaron la escuela, como parte de nuestro Safari.
La acogida de los niños y los maestros, el cariño compartido, la colaboración en las tareas a realizar, los juegos, las risas, la emoción de poder contribuir a que las aulas vayan tomando forma, los pupitres que con nuestra contribución fueron construyendo mientras realizábamos el Safari, y que casi estaban terminados a nuestra vuelta, fueron para ellos unos momentos increíbles y, que no podrán, ni querrán, estoy segura, olvidar.
Aquí os dejamos unas fotos como recuerdo de esos días.
¡Gracias por vuestra ayuda y cariño chicos!
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