Esos Elefantes, a los que algunos desalmados matan por el puro placer de matar, son unos animales extraordinarios. A pesar de su enorme tamaño, siempre que nos encontramos con ellos nos transmiten una paz increíble y una emoción especial. Quizás porque siempre viajan en familia y nos permiten compartir con ellos momentos entrañables.
Aquí os dejamos uno de ellos que vivimos en el Lago Manyara, en Tanzania. Cruzaban el camino cuando llegamos, y se quedaron junto a nosotros a descansar a la sombra. Sencillamente precioso.
Ojalá aún estemos a tiempo de no condenarlos a la extinción !!!
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